Junio, mes del
Sagrado Corazón
de Jesús
(II)
Una
reflexión para cada día del mes de junio
Corazón amantísimo de Jesús digno
de todo amor y de toda mi adoración; movido por el deseo de reparar y de lavar
las ofensas graves y numerosas hechas contra ti, y para evitar que yo mismo me
manche de la culpa de la ingratitud, te ofrezco y te consagro enteramente
mi corazón, mis afectos, mi trabajo y todo mi ser.
Por cuanto son pobres mis méritos,
¡oh Jesús!, te ofrezco mis oraciones, mis actos de penitencia, de humildad, de
obediencia y de las demás virtudes que practicaré hoy y durante mi vida entera
hasta el último suspiro.
Propongo hacer todo por tu gloria,
por tu amor y para consolar a tu Corazón. Te suplico aceptes mi humilde
ofrecimiento por las manos purísimas de tu Madre y Madre mía María.
Dispón de mí y de mis cosas, Señor,
según el beneplácito de tu Corazón. Amén.
P. León Dehón
4.-EL AMOR DE DIOS
Jesús te ama... y te da su Corazón,
símbolo de amor. Sobre este corazón se enciende una llama que quiere extenderse
e inflamar todos los corazones. ¡Jesús te ama!. He venido -dice Jesús- a traer
el fuego del amor sobre la tierra y ¿qué puedo desear sino que ese fuego se
encienda?
Mírate a ti mismo. ¿Cómo
correspondes al amor de Jesús? ¿Lo amas con todo tu corazón, con todas las
fuerzas?
A la mañana, cuando te despiertas,
¿tienes un pensamiento para Jesús? ¿Le rezas durante el día alguna jaculatoria?