4º domingo de
cuaresma
La Parábola del Hijo Pródigo
Oh Dios nuestro y Dios de
nuestros padres;
Que nuestra oración llegue a Ti.
Ya lo ves, Señor.
no somos ni audaces ni endurecidos,
ni te vamos a decir:
"somos inocentes, no tenemos
pecados",
sino que lo confesamos: ¡hemos
pecado!
Somos de verdad culpables:
hemos sido rebeldes a tu voluntad,
hemos abusado de tu confianza,
hemos blasfemado, hemos incitado
al mal,
hemos calumniado al inocente,
hemos sido orgullosos,
hemos actuado con ira y
violencia,
hemos afirmado cosas falsas,
hemos dado malos consejos y
ejemplos,
hemos despreciado cosas
respetables,
hemos desobedecido, hemos
engañado,
hemos despreciado Tu Palabra,
hemos sido duros de corazón,
hemos cometido injusticias,
hemos oprimido al prójimo,
nos hemos entregado a la
corrupción,
hemos cometido acciones
vergonzosas,
hemos seguido malos caminos,
hemos rechazado a nuestro prójimo
y, para nuestra desdicha,
hemos abandonado tus
mandamientos.
Tú, tan justo en todo lo que nos
sucede
has seguido actuando siempre
con fidelidad y amor para con
nosotros,
y nosotros te hemos olvidado y
hemos pecado.
Dios y Padre nuestro,
que tu perdón descienda sobre
nosotros,
porque Tú eres un Dios de
misericordia
y ante Ti nos presentamos hoy
con corazón arrepentido y
doliente.
¡Perdón, Señor, hemos pecado
contra Ti!
Fuente:
Web Católico de Javier