«Sólo en comunión fructifica el carisma» EG 130

Celebración Eucarística



Con motivo del Primer Domingo de Cuaresma, el Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Albacete nos invita a todos los cursillistas albaceteños a la celebración de la Eucaristía en la Parroquia de la Purísima de Albacete el día 22 de Febrero a las 6 de la tarde.
Para ello, el Viceconsiliario de Cursillos de Albacete, D. Pedro Ignacio, ha enviado una carta a todos los cursillistas de esta provincia, invitándonos a asistir a esa Eucaristía.


Tiempo de Cuaresma


El tiempo de Cuaresma va desde el miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor exclusive, y está ordenado a la preparación de la Pascua.
La liturgia cuaresmal prepara para la celebración del misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo tanto a los catecúmenos, haciéndolos pasar por los diversos grados de la iniciación cristiana, como a los fieles que recuerdan su llegada a ser cristianos completos por medio del Bautismo, la Confirmación y la Eucaristía, y hacen penitencia, buscando una conversión cada vez más perfecta, por medio de la escucha más frecuente de la Palabra de Dios, la frecuencia de los Sacramentos, la oración, las privaciones voluntarias de las que son ejemplo el ayuno y la abstinencia, y y la limosna u otras obras de ayuda mutua que manifiestan el desprendimiento de los bienes materiales y la renuncia al egoísmo. La penitencia del tiempo cuaresmal no debe ser sólo interna e individual, sino también externa y social.
"Sin embargo -como dispuso el Concilio Vaticano II- ha de tenerse como sagrado el ayuno pascual; ha de celebrarse en todas partes el viernes de la Pasión y Muerte del Señor y aún extenderse, según las circunstancias, al Sábado Santo, para que de este modo se llegue al gozo del domingo de Resurrección, con elevación y apertura de espíritu (Sacrosanctum Concilium, nº 110)



Fuente: Nuevo Misal del Vaticano II
Si quieres, puedes limpiarme

Hoy, el Evangelio nos invita a contemplar la fe de este leproso. Sabemos que, en tiempos de Jesús, los leprosos estaban marginados socialmente y considerados impuros. La curación del leproso es, anticipadamente, una visión de la salvación propuesta por Jesús a todos, y una llamada a abrirle nuestro corazón para que Él lo transforme.
La sucesión de los hechos es clara. Primero, el leproso pide la curación y profesa su fe: «Si quieres, puedes limpiarme» (Mc 1,40). En segundo lugar, Jesús -que literalmente se rinde ante nuestra fe- lo cura («Quiero, queda limpio»), y le pide seguir lo que la ley prescribe, a la vez que le pide silencio. Pero, finalmente, el leproso se siente impulsado a «pregonar con entusiasmo y a divulgar la noticia» (Mc 1,45). En cierta manera desobedece a la última indicación de Jesús, pero el encuentro con el Salvador le provoca un sentimiento que la boca no puede callar.
Nuestra vida se parece a la del leproso. A veces vivimos, por el pecado, separados de Dios y de la comunidad. Pero este Evangelio nos anima ofreciéndonos un modelo: profesar nuestra fe íntegra en Jesús, abrirle totalmente nuestro corazón, y una vez curados por el Espíritu, ir a todas partes a proclamar que nos hemos encontrado con el Señor. Éste es el efecto del sacramento de la Reconciliación, el sacramento de la alegría.
Como bien afirma san Anselmo: «El alma debe olvidarse de ella misma y permanecer totalmente en Jesucristo, que ha muerto para hacernos morir al pecado, y ha resucitado para hacernos resucitar para las obras de justicia». Jesús quiere que recorramos el camino con Él, quiere curarnos. ¿Cómo respondemos? Hemos de ir a encontrarlo con la humildad del leproso y dejar que Él nos ayude a rechazar el pecado para vivir su Justicia.


Fuente: Rev. D. Ferran Jarabo i Carbonell. Evangeli.net
Cursillos en la Vida Diocesana

6.- La inserción pastoral de Cursillos pertenece a la esencia del M.C.C. Es para nosotros hoy una urgencia del Espíritu, sentida y expresada por nuestros responsables, escuelas y secretariados, la de buscar formas concretas de integración en la Pastoral diocesana y parroquial, promoviendo constantemente el encuentro con otros movimientos y agrupaciones eclesiales, estando además presentes en todos los foros y estamentos posibles y apropiados, todo ello desde nuestro "ser esencialmente diocesano" y desde la necesidad que tenemos de concretar la eclesialidad del Movimiento.
La inserción pastoral es y pasa por el conocimiento de la vida diocesana. Nuestra mayor o menor inserción, así como que esta sea real o simplemente formal, se verificará en la medida en que se nos conozca, reconozca y cuente con nosotros; el desconocimiento o el rechazo serán indicativo de que nuestra integración en la vida diocesana es deficiente.

Fuente: El Movimiento de Cursillos de Cristiandad en la Pastoral de la Iglesia Diocesana








El Evangelio de Marcos nos narra un día en la vida de Jesús. La misericordia y la ternura eficaz es la respuesta de Dios a las vidas rotas por el dolor. Jesús se acerca a la suegra de Pedro, la coge de la mano y la levanta (Mc 1, 31). Todo un recordatorio de lo que es la vocación cristiana (Mc 16, 15-18). Pero Jesús no se deja arrastrar por el éxito de su acción curadora, no busca el brillo y la popularidad a través de los milagros. Manda callar a los demonios, porque no es el momento de manifestar plenamente quién es. Eso ya llegará más tarde.

Un día de la vida de Jesús, actividad y trabajo. Pero en su corazón, la nostalgia y el anhelo de estar con su Padre, largamente y a solas, saboreando esa relación que lo es todo para el Hijo. Todo el mundo busca a un Jesús, cuyo misterio está precisamente ahí, en la intimidad de su corazón, que ahora es el nuestro. Sanación y contemplación, servicio y descanso en el pecho del Señor. Programa para un día santo.
Fuente: Mikel Garciandía Goñi en Buigle
Pastoral de Conjunto y Función de Cursillos
en la Pastoral de la Iglesia



5.- La presencia pastoral del Movimiento (no hablamos aquí de la presencia a título privado de las personas que han vivido la experiencia de un Cursillo de Cristiandad) sólo será posible en la Iglesia Diocesana si aquel se ofrece y ésta lo acoge.
Nuestro ofrecimiento ha de ser cada día más genuino y auténtico, según nuestra propia identidad, a la vez que generoso y gratuito para servir en la acción pastoral común a las mujeres y los hombres de nuestro tiempo. Este ofrecimiento/entrega irá logrando superar las distintas situaciones de desconocimiento, prevenciones, deformaciones, individualismos, prota-gonismos mal entendidos, etc., que se han ido originando históricamente y que impiden o hacen difícil la acogida del Movimiento de Cursillos de Cristiandad.



Fuente: El Movimiento de Cursillos de Cristiandad en la Pastoral de la Iglesia Diocesana